jueves, 17 de julio de 2008

memorias del primer dia

Entonces ocurrió algo inesperado, al menos yo no lo había previsto; y cuando os dejé mi vida colgaba de un hilo, por decirlo de alguna manera..........


era el primer día, el primer día de escuela para un chico tímido, enclenque y relativamente desconfiado, no sabia a donde mirar, a donde entrar y mucho menos a donde ir; miraba constantemente los edificios buscando el lugar correcto donde debía de reunirme con mis casi compañeros de escuela, colegas en la carrera.....mis camaradas.

Me había dado por vencido en mi frustrante intento de entablar conversación con alguien entre tanto desconocido… y seguía ahí parado en medio del patio y sin saber a donde voltear cuando decidí sentarme en el pequeño pasillo frente a unos salones; de repente sentí que alguien me miraba, era un sujeto gordo, moreno, con una barba larga y espesa, bastante crecidito como para estar entre un grupo de jóvenes de primer semestre que no pasaban de lo 18 y 19 años de edad, lo que mas me intrigo fueron sus audífonos, no se si los recuerdes me imagino que si porque no hace mucho que dejaron de usarse, e incluso en la actualidad puedes encontrar en algún local alguno de esos audífonos grandes y toscos que se usaban hace solo un par de años, de los que solían traer el paquete de caseteras portátiles o los primeros discman para escuchar música, no se porque pero me intrigo, solo eso.

el caso es que el tipo me saludo y empezó a sacar un tema de conversación, que en realidad era una simple discusión desesperada por encontrar el lugar donde nos darían los cursos para antes de entrar a clases y así fue como nos decidimos el ir de edificio por edificio buscando el maldito auditorio y para cuando por fin llegamos a donde se realizaría el curso y la bienvenida, mientras nos acercábamos ocurrió algo que llamo mi atención y lo sigue haciendo..................

fue cuando le vi por primera vez, se encontraba en el segundo piso del mismo edificio al que me dirigía... se había recargado en el barandal de cemento, mientras mantenía la mirada inclinada hacia abajo y escuchaba música de su mp3.
tenia el cabello corto y una cabeza algo grande, unas ojeras algo extensas cubrían todo el diámetro alrededor de sus ojos grandes y color café claro, no me preguntes que fue lo primero que pensé porque no lo recuerdo, pero algo si recuerdo, el haber visto su cara que a pesar de demostrar un silencio y una calma que podrían volver loco a cualquiera ahí estaba; una expresión en su rostro, en el rictus de sus labios demostraba algo que tal vez y no se pueda explicar, fue su cara de ángel, el Botticelli pintado en su rostro, y fue así que en cuestión de segundos de solo haber desviado mi mirada, me percate de todos estos detalles, e incluso el color y la forma de su camisa.

hola

miércoles, 16 de julio de 2008

dias entre quejas

Pasaron mis días entre quejas,

Se quebraron los deseos de mi corazón:

Los que convierten la noche en día

Y cambian la luz en tinieblas.

¿Qué puedo esperar? El seol es mi morada,

En las tinieblas extiendo mi lecho.

Dije al sepulcro: “¡tu eres mi padre!”,

Y a los gusanos: “¡sois mi madre y mis hermanos!”

¿Dónde estará mi esperanza?

Y mi dicha, ¿Quién la verá?

¿Bajaran conmigo al seol?

¿Nos hundiremos juntos en el polvo?

Job 17:11-16